José Narro Robles, nuevo rectorJosé Narro Robles fue designado rector de la UNAM para el periodo 2007-2011, en sustitución de Juan Ramón de la Fuente, quien tras ocho años concluirá su gestión.
El aún director de la Facultad de Medicina será el titular número 62 de la Universidad Nacional Autónoma de México, a la que se comprometió a fortalecer en su autonomía, sus principios, pero sobre todo en su carácter público.
Después de ocho horas de deliberación, la decisión de la Junta de Gobierno fue unánime.
Narro, quien asumirá sus funciones el 20 de noviembre, descartó que en el proceso interno de selección se hubiera registrado guerra sucia. “Yo no vi la guerra sucia, y de todos modos la guerra sucia se lava en casa”.
Narro, quien asumirá sus funciones el 20 de noviembre, descartó que en el proceso interno de selección se hubiera registrado guerra sucia. “Yo no vi la guerra sucia, y de todos modos la guerra sucia se lava en casa”.
En entrevista en su casa ubicada en la colonia San Miguel Chapultepec, rechazó que haya sido el candidato de Juan Ramón de la Fuente. “Yo soy el candidato de la comunidad universitaria.”
De Juan Ramón de la Fuente comentó que es una “excelente persona, un gran rector”.
Indicó que uno de los retos de la UNAM será superar los logros alcanzados hasta el momento.
Horas antes, en sus primeras declaraciones luego de recibir la noticia, insistió en que se tienen las condiciones adecuadas para salir adelante.
En el auditorio de la Facultad de Medicina afirmó que la relación con el gobierno del presidente Felipe Calderón será de trabajo en todo momento.
Académico con perfil negociador
Nunca hay quinto malo y para José Narro Robles, el cinco es el número que lo acompaña: se ha presentado en cinco ocasiones ante la Junta de Gobierno para ser designado a algún cargo universitario; será el quinto médico elegido rector de la UNAM desde 1945, y son cinco también los kilómetros que corre a diario para mantener su salud y enfrentar las maratónicas jornadas de trabajo.
A sus 59 años, Narro Robles, nacido en Saltillo, Coahuila, y quien desde anoche fue designado rector por la Junta de Gobierno para el periodo 2007-2011 que inicia el próximo 20 de noviembre, es reconocido por su capacidad política.
Su militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), del que llegó a presidir la Fundación Mexicana Cambio Siglo XXI, le valió que en el proceso de consulta de los aspirantes a rectoría, uno de sus adversarios dijera que su “campaña” tomaba “tonos priístas”.
Dentro de la Universidad ha sido protagonista de los dos últimos conflictos estudiantiles (1986 y 1999), como voz central de las autoridades para coordinar soluciones y salidas a las reformas universitarias. “Dialoga con todos los sectores de la Universidad”, le reconocen sus seguidores.
Y aún recuerdan la imagen de Narro Robles en aquel Congreso Universitario de 1990, en la mesa de discusión de reforma a la Ley Orgánica de la Universidad, cuando el pleno desechó diseñar una propuesta que cambiara la actual estructura universitaria. Las fotografías muestran una gran sonrisa y una gran señal de júbilo.
Sin embargo, para los expertos en estudios de la Universidad, en la máxima casa de estudios hay temas pendientes como las evaluaciones a la calidad académica, el ingreso de estudiantes y su permanencia, mejor conocido como “pase automático”, crear un sistema de renovación de profesores e investigadores y todo ello relacionado con la modificación a las formas de gobierno y elección de autoridades.
En su vida como académico, el contacto constante con los jóvenes en sus clases de salud pública lo mantienen jovial, siempre con la sonrisa, la broma y la anécdota a flor de piel.
Esa amplia sonrisa que anoche se transformó en una más discreta, casi acompañada por el llanto, al alcanzar el triunfo en una lucha de casi 20 años por llegar a la rectoría de la UNAM. En ese tiempo se presentó tres veces ante la Junta de Gobierno para presentar su programa de trabajo.
Luego de la designación por la Junta de Gobierno, llovieron las felicitaciones y los abrazos; uno de los primeros que recibió fue el de su hijo Joaquín, el menor, quien estudió Derecho en la UNAM y lo acompañó en el conflicto universitario en 1999.
“Lo primero que hice fue felicitar al rector. La felicitación a mi padre la dejo para después”, dice en un rincón del auditorio Fernando Ocaranza de la Facultad de Medicina, mientras el nuevo rector pronuncia su primer mensaje ante funcionarios, investigadores, estudiantes, trabajadores y medios de comunicación que aguardaron casi dos décadas para escuchar un mensaje guardado: “Una ocasión muy especial, un momento especial, en el que tengo el honor de recibir el encargo de la honorable Junta de Gobierno...”.
Sus amigos y adversarios dicen que es ante todo un “hombre de palabra” que respeta cualquier acuerdo. Pero a la vez, la exigencia, disciplina y demandas personales lo llevan a ser inflexible en sus decisiones, “autoritario”, consideran algunos.
A principios de los años 70, en las aulas de la Facultad de Medicina, José Narro Robles conoció a su maestro, Ramón de la Fuente, y más tarde al hijo, Juan Ramón de la Fuente, que se convirtió en su amigo, compañero de batallas, y por quien tuvo que “sacrificar” en una ocasión su aspiración de llegar a la meta de Rectoría.
Desde aquellos años se tejió una historia de amistad que culminó anoche con la llamada de felicitación del amigo y en medio el recuerdo al maestro.
En 1973 se tituló como médico cirujano con mención honorífica. Luego realizó estudios de posgrado en medicina comunitaria en la Universidad de Birmigham, en Inglaterra.
En la Universidad ha ocupado diversos cargos en la administración, que lo hacen “tener siempre los pelos en la mano”: director de Extensión Académica, de Planeación, y coordinador general de la reforma universitaria, entre otros.
En la administración pública, director de salud pública en el Distrito Federal, secretario general del IMSS, subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación y subsecretario de la Secretaría de Salud.
Desde 2003 es director de la Facultad de Medicina, donde se le criticó por haber impulsado primero un programa de bicicletas para transportarse en lugar de renovar las computadoras o la biblioteca de ese espacio, lo cual logró dos años más tarde, cuando en sus propias manos, en un primer experimento con los robots para las prácticas de diagnósticos de partos, “se le murieron la mujer y su bebé”.
Obsesivo en el trabajo, en las últimas horas Narro Robles aún trabajaba en las modificaciones al texto que publicará la Real Academia Nacional de Medicina de España, a la que ingresó hace un par de semanas. Escrito que ahora presentará en su nuevo cargo, el de rector.
Ofrece fortalecer autonomía
Al ofrecer sus primeras declaraciones luego de conocer la decisión de la Junta de Gobierno de la UNAM, José Narro Robles se comprometió a fortalecer las autonomía,y los principios de la institución, pero sobre todo, su carácter indeclinablemente público y comprometida con las causas y necesidades del país.
Tras ocho horas de deliberación, los 15 integrantes de la Junta de Gobierno de la UNAM acordaron que fuera el doctor Narro quien sustituya a Juan Ramón de la Fuente.
El rector saliente, estuvo al frente de la UNAM durante ocho años. Su gestión concluye el 17 de noviembre.
José Narro Robles asumirá sus funciones el 20 de noviembre.
El acuerdo de la Junta de Gobierno fue unánime, una vez que analizaron los argumentos comprendidos en las manifestaciones de apoyo por los mil 230 grupos que participaron los 44 días en que duró el proceso de consulta; y revisaron el currículum y la trayectoria de cada aspirante; el programa de trabajo presentado en forma escrita por cada uno de ellos y la exposición oral se realizó ante los 15 integrantes del órgano universitario.
Manuel Peimbert, presidente en turno de la Junta, dio a conocer poco después de las 20:15 horas la decisión de los integrantes del órgano de gobierno, y en este momento se trasladaron a la sede de la Universidad para comunicar de manera formal a Narro Robles que había sido designado rector para los próximos cuatro años.
Antes de hacer pública la designación, Peimbert, en nombre de la Junta de Gobierno, notificó a los otros siete aspirantes la decisión del órgano.
En el proceso de sucesión participaron José Antonio de la Peña, Gerardo Fernando Bravo, Luis Javier Garrido, Fernando Serrano, Rosaura Ruiz, Fernando Pérez Correa y Diego Valadez merecieron un reconocimiento público por parte de la junta por ser “todos ellos valiosos universitarios comprometidos con la educación superior, la UNAM y el país“.
Fortalecer principios: Narro
En sus primeras declaraciones luego de recibir la noticia de la Junta, Narro afirmó que aún se puede mejorar la posición que tiene esa casa de estudios, pues es perfectible y siempre está en un cambio permanente, e insistió que se tienen las condiciones adecuadas para salir adelante.
En el auditorio de la Facultad de Medicina se comprometió a fortalecer los principios que le dieron origen y sentido a esa institución, su nacionalismo y autonomía, seguir siendo una institución indeclinablemente pública y comprometerla con el país.
Narro Robles afirmó que la relación con el gobierno del presidente Felipe Calderón será de trabajo, pues la máxima casa de estudios de Hispanoamérica está comprometida con México, con sus problemas y sus necesidades.
El todavía director de la Facultad de Medicina hizo un reconocimiento a la labor del rector De la Fuente y a su equipo de colaboradores que han llevado y reposicionado a la institución en el lugar que debe estar.
Dijo que la Universidad Nacional es una institución singular en la vida de México, pues es un proyecto social y de superación que tiene un enorme tradición. Comentó que este proceso de auscultación se dio en un marco de libre manifestación de las ideas, de las ideologías, de los perfiles, asuntos y temas que caracterizaron este proceso.
Hizo un reconocimiento a los demás aspirantes a este cargo dentro de esta máxima casa de estudios, que seguramente seguirán trabajando por esta institución.
Al concluir su mensaje ante los universitarios de la Facultad de Medicina, los medios de comunicación y funcionarios que se trasladaron al corazón del campus universitario, un grupo de cinco jóvenes lanzaron algunas consignas: “Queremos una Universidad sin represión… una Universidad pública y gratuita”. Mientras reclamaban: “¿Dónde está el diálogo?, los simpatizantes de Narro lanzaban goyas que ocultaban los gritos de los jóvenes.
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