miércoles, 10 de octubre de 2007

La caza de
El Tigre




*La detención de Juan Diego Espinosa Ramírez, traficante de droga entre Colombia, México y los Estados Unidos, más importante que la de Sandra Ávila Beltrán, a quien señalan como responsable de “delitos financieros” e incluso de mantener relaciones sentimentales con los principales capos de la droga

Adela Navarro Bello

La detención de Juan Diego Espinosa Ramírez “El Tigre” por autoridades mexicanas el 28 de septiembre, cimbró de manera especial al cártel de Sinaloa, comandado por Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán.A estos hombres y desde Colombia, servía “El Tigre” en el trasiego de droga.
La Información proporcionada indica que Espinosa Ramírez fue enviado en la década de los noventa a México, para ser la conexión entre Diego Montoya “Don Diego” del Cártel del Norte del Valle en Colombia y las asociaciones criminales mexicanas. Particularmente la asentada en Sinaloa.

Fue él, y no la llamada “Reina del Pacífico”, la mente tras el buque “Macel” confiscado en 2001 a 20 millas náuticas del Puerto de Manzanillo con 9.5 toneladas de cocaína y donde se aseguraron a 19 tripulantes de la embarcación.Autoridades de los Estados Unidos tenían a “El Tigre” como uno de los más buscados por su participación para transportar droga hacia ese país, y en México por ser la conexión directa con “El Chapo”, “El Mayo”, Ignacio Coronel, Juan Jesús Esparragoza “El Azul” y los hermanos Quintero.

Espinosa Ramírez proviene de una familia de narcotraficantes:

*Su hermano Mauricio Espinosa “El Mauro”, fue detenido en Colombia el 14 de septiembre de 2002 y ambos enfrentan órdenes de extradición hacia los Estados Unidos.

*Un medio hermano, Álvaro Espinosa Salazar cuenta con órdenes de aprehensión en Colombia y Estados Unidos. La esposa de éste, Liliana Bustamante Trujillo, fue detenida también en el año 2002 cuando transportaba un millón 496 mil 297 dólares.

*Su hermana Claudia Espinosa Ramírez y su sobrino de nombre Paulo Alejandro Espinosa Rodríguez, fueron detenidos en Guadalajara, Jalisco en julio de 2002. Se les aseguraron entonces 228 propiedades, algunas incluso a nombre de “El Tigre” y Sandra Ávila Beltrán “La Reina del Pacífico”.

* Su padre, Conrado Espinosa, fue en 1978 un importante capo de la droga en Colombia que controlaba el tráfico de narcóticos hacia las ciudades estadounidenses de Miami y Nueva York.

Además de mantener relaciones sentimentales con Sandra Ávila Beltrán, en Colombia “El Tigre” contrajo matrimonio con una mujer de nombre Claudia Botero.

Para cubrir las actividades ilícitas en México, Diego Espinosa abrió y encabezó negocios de esoterismo, estéticas, bronceado corporal, e incluso líneas telefónicas de consultas psíquicas que se promocionaron por televisión de paga.

En México enfrenta luego de su detención, investigaciones en tres averiguaciones previas y una orden de extradición.

El colombiano también contaba con una orden de aprehensión en México, fue librada por el Juzgado Primero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México… “Dentro de la causa penal 108/2002, se realizó por los delitos de Delincuencia Organizada y Contra la Salud en la modalidad de Fomento para Posibilitar la Ejecución de dicho ilícito”.

Finalmente, fue internado en el penal de máxima seguridad de El Altiplano en Almoloya de Juárez.

De “Reina” a “lavadólares”

En 2004, para la Procuraduría General de la República, Sandra Ávila Beltrán era simplemente una más de las muchas “lavadólares” que miembros del narcotráfico utilizan para limpiar las ganancias de los ilícitos negocios.No la consideraban ni reina ni narcotraficante.

Tres años después, luego de su detención el viernes 28 de septiembre en la Ciudad de México, Ávila Beltrán pasó de “simplemente lavadólares” a “Reina del Pacífico”. El Gobierno Federal le dio una relevancia impresionante a la captura de la mujer. Hubo incluso quien equiparó con la reciente detención de Francisco Javier Arellano Félix.

Pero no hay comparación

La realidad anota que la versión de la Procuraduría General de la República en 2004 es la más certera: A Sandra Ávila Beltrán se le ubica más en el lavado de dinero y adquisición de bienes, que en la organización, conspiración y trasiego de drogas.

En contraparte, Juan Diego Espinosa Ramírez “El Tigre”, de origen colombiano y pareja de Ávila, fue hasta su detención el mismo 28 de septiembre, hombre clave entre los cárteles productores de droga en Centroamérica y aquellos encargados del transporte hacia los Estados Unidos en México.

En términos de combate al narcotráfico las dos detenciones son importantes. Pero cobra mayor relevancia la de Espinosa Ramírez.

La llamada “Reina del Pacífico” apareció ante la opinión pública por referencias periodísticas en 2004. La señalaban de ser un importante miembro del narcotráfico mexicano. Incluso y menos creíble, de tener relaciones con Ismael “El Mayo” Zambada, Ignacio “Nacho” Coronel, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y la familia Quintero, poderosos mafiosos del centro del país.

Le adjudicaron a Sandra Ávila Beltrán, la organización de “La Federación”. Sin hechos aún públicos, la Procuraduría General de la República consignó a los dos detenidos. A Juan Diego Espinosa lo internaron en el Penal de Altiplano en el Estado de México, y a Sandra Ávila en el penal femenil de Santa Marta, para ser reubicada días después en el Reclusorio Norte, donde justifican, hay mayores condiciones de seguridad.

Los delitos por los cuales se les persigue oficialmente, “por su probable relación en la comisión de los delitos de Delincuencia Organizada, Contra la Salud en la modalidad de Fomento para posibilitar la Ejecución de dicho ilícito y Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita”.

En esta última categoría entraría la llamada “Reina del Pacífico” a través del lavado de dinero.

Las investigaciones oficiales indican, que fuera de la mención en 2004, no ha habido otras averiguaciones que ubiquen a Sandra Ávila en el mismo nivel delictivo de los capos de los cárteles mexicanos como “El Chapo” Guzmán, o “El Mayo” Zambada. Vaya, ni al nivel de Nacho Coronel llega

Por eso llama la atención el despliegue mediático que el Gobierno de la República dio a la captura de la autodeclarada tijuanense. Incluso el Presidente Felipe Calderón se refirió a la detención de la “Reina del Pacífico” con un entusiasmo pocas veces demostrado.

En un momento en que la lucha contra el narcotráfico requiere de resultados en México, la detención de la pareja integrada por Sandra y Juan Diego, le llegó al Gobierno Federal en forma.
Sobre todo considerando que en estos días, autoridades norteamericanas terminan por afinar un plan entre Colombia, México y los Estados Unidos para la persecución de narcotraficantes, y donde a México le corresponderían millones de dólares en inversión.

En este contexto una detención de primer nivel, ubicaría al Gobierno Mexicano como un serio y comprometido ente contra el crimen organizado, quizá ahí radique el despliegue mediático que se le dio a la detención de Sandra Ávila Beltrán, presentándola como “La Reina del Pacífico”, la controladora de narcotraficantes mexicanos que lejos está de serlo.

La detenida es, como declararon en la PGR en 2004: Una lavadólares más.
La detención

Fue detenida en San Jerónimo, Distrito Federal. A cargo del operativo, elementos de la Policía Federal.

Cumplieron una orden de aprehensión librada en el Juzgado Primero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, dentro de la causa penal 108/2002.

En dicho proceso, “La Reina del Pacífico” es señalada como probable responsable de delitos financieros “a través de la compraventa de inmuebles, entre los que se encuentra la compraventa de un hotel y casa habitación en Hermosillo, Sonora; haber adquirido en compra una casa ubicada en la Delegación Magdalena Contreras, Distrito Federal.

“Así como la adquisición de otro inmueble ubicado en la colonia San Nicolás Totoloapan, en Jalisco; un vehículo BMW modelo 1997; la posesión de 822 mil 154 pesos en su domicilio ubicado en Calle Sendero de los Pinos 61, Fraccionamiento Puerta de Hierro, en Zapopan, Jalisco”.

En términos llanos: Por lavado de dinero.

Además, los agentes federales contaban con ordenamiento judicial de detención provisional con fines de extradición internacional, librada por el Juzgado Decimoctavo de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, relacionada con el expediente de extradición 06/2004-I.

En Estados Unidos se le achaca a Sandra Ávila “responsabilidad en la comisión de los delitos de Asociación Delictuosa por la Importación de más de cinco kilogramos de cocaína y por la Posesión con la Intención de Distribuir más de cinco kilogramos de cocaína, que de acuerdo a las leyes estadounidenses son tipificadas como delito grave; su culpabilidad se derivaría de la relación que sostenía con diversos narcotraficantes y que le facilitó transportar cocaína hacia los Estados Unidos”.

La SIEDO (Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada) también cuenta con averiguaciones previas sobre Sandra Ávila Beltrán, la 966/MPFEADS/02 por delitos contra la salud y la PGR/SIEDO/UEIOFM/005/2004, por la comisión del delito de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita en contra de la indiciada.

Mujeres en el narco

A la “Reina del Pacífico” la ubican como la tercera generación de una familia de narcotraficantes. Hija de María Luisa Beltrán Félix y Alfonso Ávila Quintero, resulta ser pariente de Rafael Caro Quintero.

También dicen las autoridades federales, es sobrina de otros ex capos de la droga, Juan José Quintero Payán y Miguel Ángel Félix Gallardo, ambos presos, uno en Estados Unidos, otro en México.

Pero no hay indicios, o al menos no conocidos, que relacionen a la mujer detenida con la primera línea del narcotráfico en México. Sí hay hechos, como los consigna la Procuraduría General de la República, que la ubican en el sector del lavado de dinero. Situación más acorde a su perfil, dado que ella declaró dedicarse al comercio y a los bienes raíces.

Generalmente, las mujeres dentro del crimen organizado se han desempeñado en el ámbito financiero. Así sucedió con Enedina Arellano Félix, antes que sus hermanos fueran capturados, cuando estableció una red de negocios.

Su situación cambió a la postre. Luego de la detención de Francisco Javier Arellano Félix en agosto de 2006, se le considera como la heredera natural de la organización, dada su formación profesional y su carácter.

Otra fémina en el crimen organizado: Ivonne Soto Vega “La Pantera” detenida en 2003 por elementos del Ejército Mexicano y acusada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, como encargada del lavado de dólares a través de una red de casas de cambio. Tomado de Zeta Tijuana.

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