lunes, 23 de julio de 2007


Discurso

El Presidente Calderón en la Presentación
del Programa Nacional de Infraestructura

Es un honor para mí recibirlos en este Palacio Nacional para presentar ante ustedes el Programa Nacional de Infraestructura 2007-2012: Construyamos un México Mejor.
La infraestructura es sinónimo de desarrollo social y humano, hoy la competitividad, el crecimiento económico y las oportunidades de bienestar de las naciones, dependen en gran medida de la solidez y la modernidad de su infraestructura.
Los mexicanos tenemos la oportunidad y la responsabilidad histórica de tomar las decisiones que nos corresponden para impulsar de manera decidida, definitiva, el desarrollo del país.
Por eso hoy presentamos una estrategia clara con una visión de largo plazo para ampliar y mejorar en los sectores de comunicaciones, transporte, energía, agua, turismo, telecomunicaciones y muchos otros.
El Programa Nacional de Infraestructura tiene tres propósitos fundamentales:
El primero, es contribuir a nivelar las oportunidades de desarrollo de todos los mexicanos especialmente de quienes menos tienen, sabemos que con más y mejor infraestructura y sólo con ella es posible romper el aislamiento y la marginación de las comunidades, introducir el agua, la electricidad, el drenaje, construir escuelas y hospitales.
En suma, multiplicar las posibilidades de progreso hoy canceladas todavía para millones de mexicanos.
El segundo propósito del Programa es construir y ampliar la infraestructura necesaria para elevar la competitividad de la economía nacional.
Los países que hoy están logrando mayor crecimiento económico son los que comenzaron a invertir hace ya varios años en una red de infraestructura sólida y moderna.
México no puede ni debe quedarse atrás.
Nuestro país tiene una posición geográfica estratégica, estamos situados al lado del mercado más grande del mundo, los Estados Unidos; contamos con más de 11 mil kilómetros de litoral que nos conectan directamente con Asia, con la Unión Europea y, desde luego, con América Latina.
Contamos con una extensa red de tratados y acuerdos comerciales que le dan a México acceso preferencial a un mercado de más de mil millones de consumidores en 44 países.
Por ello, el tercer propósito del Programa Nacional de Infraestructura es convertir a México en una plataforma logística altamente competitiva, que aproveche estas ventajas geográficas y comerciales, y acelere así su crecimiento económico y la generación de empleos.
Tenemos que lograr que México sea el eslabón multidireccional privilegiado para el comercio y la inversión en América Latina y a escala global.
Tenemos que hacer que invertir en México para vender en todos los mercados del mundo, sea el negocio más atractivo.
En un mundo que compite ferozmente, los mexicanos estamos decididos no sólo a competir, sino a ganar.
Queremos hacer realidad el pronóstico que varias firmas consultoras realizan ya de que México estará, junto con China, India, Estados Unidos y Brasil, entre las cinco principales economías para el año 2040.
Para ello, propongo al país que hagamos este esfuerzo sin precedente en materia de infraestructura.
Por diversas razones, México enfrenta importantes rezagos en la materia.
Por ejemplo, nos encontramos en el lugar 64, entre 125 países, medida la competitividad de nuestra infraestructura.
Incluso, en los países de América Latina y El Caribe estamos rezagados, porque estamos por debajo de países como Barbados, Chile, Panamá, Jamaica, El Salvador o Uruguay.
Comparados con otras naciones, invertimos muy poco en infraestructura. En los últimos seis años, la inversión promedio anual en los sectores de comunicaciones y transportes, agua y electricidad, fue inferior al dos por ciento del Producto Interno Bruto; y sumando la infraestructura petrolera, apenas alcanzamos el tres por ciento del producto nacional.
Países como Chile o China invierten el doble o el triple de lo que invierte México en proporción a su Producto Interno Bruto.
Por otra parte, nuestras carencias en infraestructura amplían la desigualdad, la miseria y las brechas sociales.
Hoy, uno de cada 10 mexicanos no tiene aún agua potable y 14 por ciento no tiene drenaje; miles de comunidades, cientos especialmente indígenas, carecen de acceso a los servicios más elementales e incluso a una vía digna de comunicación con el resto de los mexicanos.
Es claro que esto no puede seguir así y que tenemos que hacer un cambio dramático en la política de infraestructura.

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