miércoles, 16 de enero de 2008





Itinerario Político
Ricardo Alemán

Zavala: ¿qué pasó?

La ex secretaria Beatriz Zavala “cayó parada”; regresará como si nada a su escaño en el Senado

Si fue retirada del cargo por ineficaz, ¿por qué premiarla? Si fue retirada por razones políticas, ¿por qué no decirlo?

Hace no muchos años, no más de 10 —cuando el PRI era gobierno y el PAN oposición—, los políticos del partido azul cuestionaban con notable severidad las habilidades casi sobrenaturales que mostraban los tricolores para mudarse de cargos y responsabilidades, y con humor cuestionaban que los caídos en desgracia casi siempre “caían parados”.

Ya como gobierno, el PAN olvidó su crítica y, por ejemplo, en el de Vicente Fox hubo de todo: renuncias sin explicación, enroques nada claros, promociones insólitas. Y es que ya convertidos en gobierno, los azules descubrieron que sí, que el poder hace milagros: convierte al Presidente o al jefe máximo no sólo en el todopoderoso, sino en el símbolo de sapiencia e infalibilidad. El jefe máximo, el Presidente, nunca se equivoca. Por eso no cree que sea necesario explicar a nadie el porqué de sus designaciones y relevos.

Y acaso tenga razón el Presidente, en este caso Felipe Calderón, ya que la Constitución lo faculta para designar y despedir a sus colaboradores, secretarios de Estado, sin dar explicación alguna. Pero eso que llaman “el arte de la política” supone el reconocimiento de que los cargos de elección popular —como el de Presidente— se deben a los mandantes: ciudadanos convertidos en electores. En el caso mexicano, el Presidente es el primer mandatario y Felipe Calderón podría ser el primer Presidente que muestre la sensibilidad básica para explicar por qué ordena cambios como el relevo de Beatriz Zavala. ¡Claro, si es cierto que le importa lo que piensan y creen los ciudadanos, que son los mandantes!

¿Qué pasó en el caso de la yucateca? ¿Quién se equivocó? ¿No fue un error del Presidente nombrarla? ¿O es que alguien puede evaluar en sólo 12 meses una gestión en un puesto de altísima complejidad como la Sedesol? ¿No será que se trató de una salida política forzada por el PRI? ¿O será cierta la versión de que “la reventaron” desde el grupo compacto de Los Pinos? Y, en efecto, salvo ese grupo compacto, nadie sabe bien a bien lo que pasó. Pero en tanto se tejen toda clase de especulaciones, la ex secretaria Beatriz Zavala “cayó parada”; regresará como si nada a su escaño en el Senado y alcanzó un alto cargo en el CEN del Partido Acción Nacional. ¿Es un premio de consolación o un salvavidas para pagar lealtades?

No, presidente Calderón, ni vivimos en los tiempos de la hegemonía del viejo PRI —cuando nadie explicaba las razones de fondo que movían los cambios en el gabinete— ni en los tiempos de la naciente democracia los ciudadanos merecemos la misma receta del viejo partido: decisiones arbitrarias, sin explicación, despidos que parecen premios y caídas para arriba. La cultura del gato en la política, por las nueve vidas. Pero como el Presidente es infalible, nadie en el PAN cuestiona la forma en que fue removida Beatriz Zavala y menos la manera en que regresa a la política, como si nada hubiera pasado —a pesar de que los azules eran los más severos críticos del PRI cuando el tricolor hacía lo mismo—, lo que muestra que a nadie, en el partido en el poder, le interesan los ciudadanos.


Pero si resulta cuestionable el relevo de Beatriz Zavala mediante el método nada claro que se aplicó en Los Pinos, es igualmente criticable la designación de Ernesto Cordero para ocupar la titularidad de la Sedesol. En el caso de Beatriz Zavala, todos saben que se trata de una mujer con experiencia política —en el Congreso yucateco y en el federal—, mantiene un parentesco nada menos que con Carlos Castillo Peraza —aunque de la rama familiar no católica—, y realizó estudios precisamente para desempeñar un cargo como el que tenía en la Sedesol. Acaso su pecado haya sido, aunque no lo crean, su pensamiento liberal.

Y tendrían razón quienes pudieran cuestionar las cualidades de la hoy ex secretaria. Pero, ¿qué decir, frente a eso, de las cartas credenciales de Ernesto Cordero? Nadie duda que es un joven talentoso, como millones de mexicanos, que tiene estudios de doctorado en el extranjero, como miles de mexicanos. Y claro, la ¿virtud? clave. Que es amigo del presidente Calderón. A eso se reduce todo. Y eso, precisamente, era lo que se cuestionaba en el PAN y entre la izquierda mexicana, cuando el PRI era gobierno y cuando los azules y los hoy amarillos no eran poder. Ahora resulta que ser amigo del Presidente trasmite al elegido —como por osmosis— todos los talentos y las habilidades. “Lo que natura no da, el Presidente sí presta”. Curiosa conclusión.

Pero tampoco ahí termina el asunto. Todos saben que eso de que la secretaria Beatriz Zavala renunció al cargo es lo más parecido a una formalidad que ofende a los ciudadanos, los mandantes, porque todos saben que la decisión vino del Presidente. El problema es ese, que el Presidente crea que los ciudadanos son, somos tontos, para no preguntar por lo que pasó. Pero aun sin esa respuesta, la ofensa es mayor, cuando la nueva dirigencia del PAN nos anuncia que ya tiene un lugar para Beatriz Zavala… sí, un cargo que existía pero que a nadie le importaba. ¿De qué se trata, de un premio de consolación? Si fue retirada del cargo por ineficaz, ¿por qué premiarla? Si fue retirada por razones políticas, ¿por qué no decirlo? ¿Cuáles son esas razones? ¿Son internas o externas? ¿O es que no se quieren dar señales de debilidad en Los Pinos? Como si los millones de mexicanos tuviéramos los ojos cerrados.

En el PRI dicen que la cabeza de Beatriz Zavala les fue entregada, entre cercanos a Los Pinos aseguran que se preparó su salida, y entre grupos de mujeres panistas el enojo es mayor. Dicen que se hizo secretaria de Estado a Beatriz Zavala sólo para cumplir con la cuota de género, y que esa posición la necesita el Presidente para 2009. ¿Quién tiene razón? Es posible que sea un poco de todo eso, y de mucho más. Lo cierto es que el segundo gobierno del Partido Acción Nacional, ahora en manos de los llamados doctrinarios, actúa igual que el viejo Partido Revolucionario Institucional. El poder, dice un clásico, los hace iguales.

II En el camino

Por cierto que la caída de Beatriz Zavala puso en tensión a todo el gabinete y en más de una secretaría había pánico. Que si éste, que si aquél, que si el de más allá. Todos estaban en la mira. Y es que si Beatriz Zavala se fue por incapaz, la lista de potenciales despedidos debe ser larga.
aleman2@prodigy.net.mx
(tomado de El Universal)

No hay comentarios: