martes, 29 de enero de 2008

Enfrentan varios obstáculos en la práctica clínica
Desvalorada y usurpada, la labor de nutriólogos
*Otros profesionales toman a su cargo labores propias del nutriólogo y hospitales y clínicas son renuentes a contratarlos
Carolina Cruz
Dos factores han impedido que el nutriólogo clínico se posesione debidamente en su campo: primero el que otros profesionales toman a su cargo labores propias de su ejercicio; y segundo, la renuencia de hospitales y clínicas por contratarlo e incorporarlo a su equipo multidisciplinario, dijo Raymundo Pineda Guillermo Arriaga, miembro del Colegio Mexicano de Nutriólogos, AC, quien añadió que pese a que el sector salud se ha ido abriendo poco a poco, aún no es suficiente.

Dentro de los hospitales y las clínicas la alimentación es una acción rutinaria, así que la dieta puede ser indicada desde el internista hasta por la enfermera: “Mientras esto continúe los nutriólogos clínicos no tendrán posibilidades de crecimiento laboral, profesional e institucional”, aseguró.

En el campo clínico hospitalario, el nutriólogo tiene un amplio bagaje de qué alimentos indicar según las enfermedades, pero además toma en cuenta la disponibilidad de los alimentos según la región y los factores sociológicos y económicos del paciente para continuar con su dieta al egresar del hospital.

Ante la observación del porqué en nuestro país la salud pública se ve afectada por casos tan diametrales y en estadísticas tan elevadas como la obesidad en un extremo y la desnutrición en el otro, el especialista anotó que México ha fallado en aspectos de educación nutricia y recomendó que sus bases deben ser incluidas en estudios primarios y secundarios y reforzadas en el hogar.

Agregó que se han iniciado los primeros compromisos para que por reglamento se aplique en toda la República la presencia de un nutriólogo en cada hospital, ya sea del gobierno o particular, y aclaró que el campo clínico en México no le ha dado la debida importancia a la dietoterapia, disciplina en la que recae de manera importante la salud del paciente al manejar diferentes patologías relacionadas con las necesidades nutricionales, como en los casos de diabetes, hipercolesterolemia, lipidemia, hipertensión o el síndrome metabólico.

También señaló que las dietas terapéuticas, al modificar uno o más nutrientes, determinan un tratamiento que puede ser curativo por sí solo, o bien puede ser complementario al tratamiento medicamentoso; asimismo, dijo que no existen en el país clínicas especializadas en nutrición, fuera del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán.

Jorge Alberto Montoya destacó que el problema al que el nutriólogo se enfrenta en la práctica clínica es que el paciente pasa con un médico general que lo canaliza a un especialista, quien le prescribe un tratamiento sin combinarlo con una dieta adecuada que potencializaría su eficacia.

Resaltó que una de las tareas del nutriólogo que no ha sido explotada es su competencia para elaborar programas de nutrición a nivel municipal, estatal y federal: “México cuenta con una gran riqueza de productos que permiten abordar la salud nutricia de una determinada población, recomendando qué alimentos ingerir según la disponibilidad de los cultivos de la región, así como cuáles aumentar debido a la escasez”.

Destacó que la poca profesionalización de algunos nutriólogos se debe a que en el campo laboral lo ubican en áreas que no son las indicadas. Como ejemplo puso la imprescindible participación en la práctica clínica ante el síndrome metabólico, donde el papel del nutriólogo es fundamental “porque con dietas se pueden combatir los daños a nivel cardiovascular, circulatorio, hipertensivo y disminuir los altos índices de colesterol y lípidos”, aportando una valiosa ayuda al tratamiento medicamentoso.

Explicó que la poca educación que tenemos en cuanto a los productos que ingerimos está ocasionando en niños la aparición de padecimientos que antes eran propios de los adultos, como la acantosis nigricans, que revela resistencia a la insulina y que consiste en una despigmentación en los pliegues del cuerpo que revelan predisposición a la diabetes. Otros padecimientos relacionados con la alimentación que van en aumento son la pancreatitis y la esteanosis hepática no alcohólica, que consiste en una liberación de la grasa al hígado.

En otro tema, los nutriólogos alertaron acerca de los productos milagrosos que han invadido al mercado, anunciados como avalados por un nutriólogo y que no existe ninguna garantía de que así sea. Los pacientes lo consumen con la esperanza de que se van a aliviar, cuando pueden obtener esos ingredientes directamente de su fuente natural.

Asegura que estos suplementos no son regulados por la Secretaría de Salud y se introducen al país provenientes de diversas partes del mundo pregonando sus propiedades mágicas, como el calcio de coral para la otesteoporosis “del que no sabemos si a la larga nos puede ocasionar cálculos en la vesícula o riñón”, cuando lo apropiado sería un debida ingesta de calcio en la alimentación, vitamina “D”, jugo de zanahoria y un poco de sol; advirtió que precisamente por eso contienen una leyenda que especifica que no es un medicamento, para ampararse ante los posibles efectos secundarios.

Por el contrario, María Elena Remes Troche, egresada de la Facultad y con amplia experiencia en la práctica de nutrición clínica, considera que cada vez es mayor la apertura de los médicos por colaborar estrechamente con el nutriólogo al indicar un tratamiento; sin embargo, coincide en que son pocos los nutriólogos en los hospitales.

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