lunes, 14 de enero de 2008

Piden obispos renegociar capítulo agropecuario del TLCAN
La Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pidió al gobierno federal renegociar el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Argumentó que atenta contra los derechos fundamentales de la población más pobre, porque, con el agravamiento de su situación, se corre el riesgo de que gente de ese sector se vea empujado a sembrar productos ilícitos y a dedicarse al crimen.

En un mensaje, obispos del país sostienen que la apertura comercial total “beneficiará a unos pocos agricultores poderosos y tecnificados, y traerá consecuencias dolorosas para aquellos cuya sobrevivencia depende del campo, pues nunca podrán competir en las circunstancias actuales con los enormes subsidios que los gobiernos de Estados Unidos y Canadá otorgan a sus agricultores”.

Por ello, subrayan, los campesinos mexicanos quedan en una situación desventajosa si no se implementan medidas que regulen y compensen las asimetrías de nuestras economías.

De no enmendar tal situación, subrayan, “existe el riesgo real de un mayor empobrecimiento, especialmente en el medio rural e indígena, y de empujar a muchos campesinos más a abandonar el campo y a emigrar a ciudades que no están preparadas para recibirlos, o intentar llegar a Estados Unidos, que en este momento tiene un fortísimo e inhumano programa antiinmigrante.

“Otro punto que no se puede desatender, lo presenta la tentación de los cultivos ilícitos, puerta abierta a la inseguridad y la violencia”.

Al respecto, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Gustavo Rodríguez Vega, quien es obispo auxiliar de Monterrey, reconoció que ese riesgo está latente más aún cuando el campesino o indígena que no tiene posibilidades en su tierra emigra y sufre el rechazo a donde busca aliviar la pobreza en la que vive.

Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, mencionó que tal situación no llevaría a un estallido social como el ocurrido en Chiapas en 1994, pero si debe darse una voz de alerta.

De ahí, que los obispos convocaron a toda la población en México a que apoye a los campesinos y pidieron se realice un debate nacional sobre el papel del campo en la sociedad y en el futuro del país para encontrar camino hacia otras políticas más incluyentes.

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