lunes, 3 de diciembre de 2007

Honorio Robledo exhibe



Las células del monstruo
en el Jardín de las Esculturas




El ilustrador, escritor, pintor y jaranero Honorio Robledo expone actualmente su colección de piezas de cerámica Células del monstruo en el Jardín de las Esculturas, espacio del Instituto Veracruzano de la Cultura que se encuentra ubicado al final de la avenida Murillo Vidal esquina Lázaro Cárdnas, en la capital veracruzana.



El expositor relata de esta manera el origen de la serie, integrada por peculiares figuras y máscaras: “Trabajé con Marco Kampffer en su taller de la plaza de Río de Janeiro, en la ciudad de México; conectamos muy rápidamente y me dijo: ‘Veo que eres bueno con el barro, ¿por qué no te pones a hacer piezas?’, y comencé a hacer figuras, como jugando, hasta completar una colección interesante.



“Yo tocaba en clubes y bares como el León y el Mamá Rumba, de donde salía a las cinco o seis de la mañana y me encantaba caminar por el Centro, que era sórdido y sumamente peligroso; allí me encontraba a gente que parecía salida de una película de Fellini, muy rara, como extraterrestres, personas con las que compartía la madrugada, como parte del mismo paisaje matutino. Todos esos personajes están aquí representados”, indica.



Forman parte de esta colección, piezas de alta temperatura, cocidas a mil 175 grados.




“Las máscaras fueron hechas entre los años 1982 y hasta hace un mes, y las esculturas eran una colección de veintitantas piezas hechas entre el 84 y el 94, cuando salí de la ciudad de México; unas se quebraron, otras se perdieron o vendieron y las que restan están aquí expuestas; pienso reinstalar la colección, reconstruir las que se quebraron e inventar otros personajes que tienen que ver con la rumba, el carnaval, la fiesta y todo lo que vivimos cotidianamente”, explica el artista.

“Con ellos quiero hacer notar que la ciudad es un monstruo del que todos formamos parte, vivimos en él, estamos alimentándolo con nuestras carreras, esperanzas, actitudes y poses, porque ninguno escapamos a la realidad cotidiana que nos eslabona y hermana con la gente de nuestro entorno: el de Tránsito, el taxista que pasa a toda velocidad, la chava que va hablando por celular..., somos parte de la misma cadena de acciones cotidianas, la creación y el empuje vital a ese monstruo que es una ciudad, por eso la colección se llama Células del monstruo. Mi trabajo, igual que el de Posada, pretende recrear la realidad cotidiana, la vida social, política, en caricaturas en tercera dimensión”, precisa.


Acompañan a estas caricaturas en cerámica títulos humorísticos que motivan la hilaridad del espectador, escritos --con toda intención-- con faltas de ortografía: “Orrrdenes son órrrdenes”, “¿Ké me ves, güey?”, “¿Estás segura ke no la cagué en la fiesta?”, “Dime, espejito, espejito mágico, ¿kién es la más buena de la oficina?”, “A su serrrvicio”, “¡Salucita de la güena!”, “Banana Republic”, “¡Usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos!”, “Máscara de la Estatua de la Libertá” o “Máscara de Sanchoclós”, entre otros.


La muestra Células de monstruo de Honorio Robledo –quien asegura que el espectador reconocerá en ciertas figuras a personas que conoce: a su jefe, a su secretaria-- permanecerá abierta al público hasta enero próximo en el Jardín de las Esculturas, que se encuentra ubicado en la avenida Murillo Vidal sin número, colonia Cuauhtemoc; para mayores informes, al número telefónico (228) 812-73-69 o a los correos electrónicos jesculturas@hotmail.com y jesculturas@yahoo.com.mx.


Recuerde que la entrada es totalmente libre.

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