viernes, 7 de septiembre de 2007

Olores del líquido amniótico y de la leche
materna podrían originar afecto madre-hijo

*La investigación recibirá apoyo del Conacyt, que servirá para adquirir equipo de precisión
David Sandoval
El hecho de que uno de los primeros sistemas sensoriales que se desarrollan en el feto es el olfatorio hace posible que diversos compuestos presentes en el líquido amniótico establezcan un aprendizaje temprano de ciertos aromas que serán reconocidos al nacer en la leche temprana materna o calostro y luego en la leche madura, explicó Carlos Contreras, investigador del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV).

La especie humana, como muchas otras, emplea varias formas de comunicación; una de ellas implica la emisión y el reconocimiento de diversas sustancias químicas llamadas feromonas. El emisor secreta estas sustancias por medio de sus líquidos biológicos y el receptor las reconoce por medio de su sistema olfatorio, continuó.

Partiendo de la observación de que la naturaleza tiene previstas abundantes estrategias que permiten la supervivencia del individuo y de la especie, se estableció la hipótesis de que estas sustancias, además de ser marcadoras de la díada madre-hijo, tengan algunas propiedades psicotrópicas, detalló el investigador.

Con apoyos otorgados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dentro de su convocatoria a proyectos de ciencia básica, la investigación que conduce Carlos Contreras, denominada “Identificación de mensajeros químicos en líquidos biológicos: estudio experimental en humanos y ensayo controlado en la rata Wistar”, explora la posibilidad de que tales compuestos, que de acuerdo con la distinta proporción de ácidos grasos actúan como marcadores y son individuales, sean la marca para un par compuesto por madre e hijo, comparable a un código de barras.

“El aprendizaje podría establecerse desde la vida intrauterina, en una forma de aprendizaje llamada impronta, pero además, y con base en estudios previos que han demostrado que es posible producir ansiedad a distancia, mediante la liberación de sustancias de alarma; entonces también es posible que se liberen sustancias de afinidad que posiblemente tengan acciones ansiolíticas: reducir la ansiedad y prevenir la desesperanza, que es el paso previo a la depresión”, agregó el investigador.

Después de varias décadas de estudiar la depresión y los antidepresivos, se decidió estudiar el fenómeno opuesto, es decir, la formación de los afectos bajo la hipótesis general de que las mismas estructuras cerebrales, ya identificadas por este grupo de trabajo, participarían en ambos procesos. De ahí –continuó– surgió la hipótesis: “¿Qué puede ocurrir para que posterior al momento del alumbramiento el recién nacido reconozca a su madre y viceversa?, entonces me pareció que era una cosa muy interesante para empezar a buscar ahí la cuestión del afecto como tal”. La ansiedad puede indicar peligro.

El académico comentó que hace un par de años al analizar la orina de los especímenes (ratas Wistar) identificaron una feromona, una acetona que se libera en la orina durante el proceso de ansiedad y que puede producir ansiedad en otra rata que sólo percibe ese olor, sin ser sometida a ninguna otra manipulación experimental.

Lo anterior pudiera explicar el porqué cuando se utiliza un plaguicida para erradicar ratas, es una o pocas las que aparecen muertas: “Una es la que muere, aparentemente le da tiempo para enviar una señal a las demás ratas, una señal evidentemente química, señalando el peligro”. Esto quiere decir que los mamíferos tenemos un sistema de señalización por lo menos para producir ansiedad y esa ansiedad nos indica peligro, agregó.
La pregunta planteada a continuación fue: ¿qué puede tener el líquido amniótico que pueda hacer sentir bien al individuo? “Retomamos la investigación de la vida intrauterina, buscando ácidos grasos en el líquido amniótico, ya que algunas sustancias de este tipo funcionan como feromonas de atracción y están identificadas también en los humanos”.
Detalló que se solicitaron muestras de líquido amniótico, de la leche temprana producida por la madre, llamada calostro, y de leche materna; al analizar estos tres compuestos se encontró una composición semejante de ácidos grasos.
Adquirirán nuevo equipo de precisiónb Carlos Contreras precisó que los recursos obtenidos del Conacyt –que superan los dos millones de pesos– servirán primordialmente para adquirir equipo: “Vamos a comprar equipo científico que nos va a dar más precisión en las mediciones y nos permitirá mejorar nuestras condiciones de competencia internacional”.

Con el equipo que adquirirán, el laboratorio estará equipado para los próximos 20 años, destacó el académico y afirmó que su importancia radica en la precisión que los nuevos dispositivos permiten; esto conlleva un beneficio para la investigación ya que teniendo la información correcta, los experimentos y sus resultados son reproducibles y permiten llegar a conclusiones válidas.

Contreras agregó que los criterios de selección del Conacyt consideran la originalidad y la aportación al conocimiento. Se toman en cuenta los antecedentes de producción científica del grupo de trabajo y el liderazgo académico del responsable del proyecto. Además, dijo sentirse afortunado al contar en su equipo con la participación de siete investigadores registrados en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), a su vez apoyados por estudiantes de maestría y doctorado.

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