viernes, 21 de septiembre de 2007

El ‘imperio’ que los Fox edificaron desde la ruina

*En la comunidad ya casi no queda memoria de las empresas Congelados Don José y El Cerrito de la familia del ex presidente y rescatadas por el Fobaproa. Según la declaración patrimonial de 2001, el ex mandatario inició la inversión en la Xtra Congelados; ahora, la exportadora más exitosa de brócoli


Niegan que aquí sea Foxilandia, pero sin duda, en esta comunidad está el corazón del rancho y los ahora prósperos negocios de la “ex pareja presidencial”.

A la altura del kilómetro 12.5 de la carrereta León-Cuerámaro, una barda de roca resaltada protege una ultramoderna procesadora de alimentos. Y justo a menos de un kilómetro de distancia, en medio de hectáreas sembradas de maíz dulce y brócoli, está la finca que Vicente y Marta Fox presumieron hace un par de semanas.

La procesadora de alimento también es de Fox Quesada. Corresponden a Xtra Congelados, la exportadora de brócoli más exitosa de México. A un lado, también con instalaciones renovadas, está el área de carga, en donde hace unos años estaba la congeladora San José.

El auge del imperio Fox es inocultable. Aquí trabajan más de 300 trabajadores, de lunes a sábado, de 8:00 a 16:00 horas, para cumplir con un compromiso mayúsculo: lograr que las líneas de producción y la casa de máquinas procesen este año 45 mil toneladas de la hortaliza, cuyo destino final es Estados Unidos.

“Los patrones”, como llaman aquí a los Fox Quesada, son muy apreciados, por los trabajadores, que gozan de salarios envidiables para la zona (un técnico electromecánico gana 5 mil 486 mensuales), pero también por los vecinos, agradecidos por el cúmulo de obras públicas acumuladas a lo largo del sexenio pasado.

La nueva congeladora, cuya reingeniería estuvo a cargo de Cristóbal, el hermano del ex presidente, también se dedica a la congelación de coliflor y calabaza, y tiene clientes en Canadá y Japón.

Aquí, casi no hay memoria de Congelados Don José, El Cerrito y la fábrica de botas que los hijos de José Fox Pont y Mercedes Quesada iniciaron a mediados de la década de los 70. Empresas todas que quebraron. Sólo queda una flotilla de camionetas blancas, que en las puertas tienen un zorro y dicen “Rancho Fox”.

A diferencia de los ejidatarios de la zona, que practican agricultura de subsistencia, ahora las parcelas de Fox reciben riego por aspersión y sus invernaderos cuentan con tecnología de punta. Pero no siempre fue así. El Cerrito y Congelados Don José estuvieron en los padrones de deudores del Fobaproa. Botas Fox no pudo sobrevivir al error de diciembre de 1994.

El “sexenio del cambio” borró los malos años. En 2001, según consta en su declaración patrimonial, Vicente Fox invirtió 900 mil pesos en la Sociedad Agropecuaria La Estancia, que al paso del tiempo evolucionó a Xtra y emparentó con Apex, empresa que también se dedica al procesamiento y comercialización de brócoli, pimientos y coliflor, que arrancó recientemente operaciones en el kilómetro 17.5 de la carretera Celaya-Juventino Rosas.

Ambas empresas tienen las instalaciones de primer mundo, y están a la altura de las dos cabañas en las que el matrimonio Fox Sahagún construyó en la Gorda Atorada, el lomerío, con extensiones de agave azul, palmeras y ganado fino que es el núcleo del rancho La Estancia.
Pero ahora, los esfuerzos están concentrados en la remodelación del rancho San Cristóbal, donde abrirá sus puertas el Centro Fox y RAND Corporation, un think tank estadounidense, especializado en la mejora de políticas públicas.

Las faenas para concluir las obras ocurren paralelas a las tareas agrícolas.

“¡Lo más importante en San Cristóbal es su gente!”, se lee en los carteles de la fundación de los Fox, que convoca a los vecinos a mantener sus propiedades limpias. Tomado de El Universal
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