viernes, 29 de junio de 2007

Cocaína de los pobres
"consume" a niños de Sinaloa



*Advierten que tres de cada 10 alumnos menores ha consumido drogas.
*Narco genera deserción escolar
*En los centros de rehabilitación ya no caben los adictos, señalan



JUAN VELEDÍAZ / ENVIADO


LOS MOCHIS, Sin.- Cuando se trata de adolescentes bajo el influjo de alguna droga, las actitudes se convierten en manifestaciones extrañas: ríen sin motivo, se quedan quietos con la vista puesta en un solo punto, no hablan y les cambia el ritmo de voz.

Esas imágenes se quedaron en la memoria de varios profesores quienes aportaron parte de sus experiencias en la investigación denominada Cómo perciben los profesores a estudiantes que consumen drogas en las escuelas secundarias de Los Mochis, coordinada por la maestra en Ciencias Yolanda Álvarez Tamayo, profesora en la licenciatura de Trabajo Social en el campus de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El estudio incluyó a mentores de ocho escuelas secundarias de esta ciudad, localizadas en un perímetro de 20 colonias catalogadas como de "alto riesgo", donde tres de cada 10 estudiantes han consumido algún tipo de droga.

El documento contiene datos de 2006 que perfilan un panorama del fenómeno entre una población de 9 mil 867 alumnos en los que se encuestó a mil 67 adolescentes, de los cuales 185, 17.4 % aceptó de manera abierta haber consumido algún tipo de droga.

En el estudio se cita como antecedente una investigación análoga realizada en escuelas primarias del norte de Sinaloa en 2004 que concluyó que la mayoría de quienes se inician en el consumo de drogas tienen un rango de edad que oscila entre 12 y 18 años.
Pero los márgenes varían de comunidad a comunidad en el municipio de Ahome, pues en poblados como el ejido 20 de Noviembre Viejo, el consumo se presenta con más frecuencia en personas de 10 a 15 años, quienes consumen principalmente cristal, la llamada cocaína de los pobres.

En otras poblaciones vecinas, como las que dependen del municipio Sinaloa de Leyva considerado uno de los más pobres de la entidad, la edad de inicio del consumo se reduce, va de 10 a los 12 años, y el porcentaje de menores que utilizan cristal, dos por cada cinco, es mayor que en otros sitios.
Los datos de 2004 resaltan que el problema de alto consumo de drogas, como el cristal, se presenta en niños que estudian el quinto y sexto de primaria.

Los resultados de 2006 revelan que del universo de alumnos de secundaria encuestados, tres de cada 10 conocen a un compañero que se droga mientras que dos entre 10 aseguró que la consiguen cerca del plantel.
Ese mismo porcentaje aseguró que la droga la regalan dentro de la secundaria mientras que 37% dijo que se la dieron sus amigos para después hacerlos "clientes".

De los 420 profesores encuestados el 47 % detectó que sus alumnos habían consumido alguna droga a partir de su comportamiento, 32% lo hizo por su aspecto físico y 15% porque se percató que la traía consigo.
Según los mentores, las drogas que más consumen son alcohol en 35%, marihuana en 30%, cigarros en 10%, cocaína en 7.5% y cristal en 5%.

Escuelas fantasma

En Ceuta, una comunidad cercana a Elota, un municipio caracterizado por sus valles en los que se siembra marihuana, la escuela primaria es un conjunto de cinco salones vacíos cuyos pupitres y pizarrones aparecen como únicos testigos del éxodo de alumnos que tiene al plantel en el abandono.

Éste es uno de los 146 centros escolares, de los poco más de 6 mil entre primarias y secundarias que hay en el estado, que han cerrado sus puertas y clausurado sus cursos por falta de alumnos tan sólo en los últimos tres años.

¿El motivo?, según la Secretaría de Educación Pública y Cultura de la entidad (Sepyc), se debe al fenómeno en su conjunto que se deriva del narcotráfico, el cual va de los ajustes de cuentas entre bandas armadas a la incertidumbre y el miedo.

El "narco" es un término que a decir de Jesús Hernández Castro, director de servicios regionales de la dependencia, ha provocado la movilidad social que se traduce en la deserción escolar durante este trienio de poco más de mil 200 niños de los niveles de preescolar, primaria y secundaria.

Ya no caben

Un termómetro para medir el incremento del uso de drogas sintéticas es que en el Centro de Recuperación y Rehabilitación para enfermos de alcoholismo y drogadicción de Culiacán los internos ya no caben.

El lugar se localiza en la legendaria colonia Tierra Blanca, cuna de los precursores del narco en la Sinaloa de los 50, y está dentro de una casona de dos pisos con fachada amarilla donde a diario pernoctan 28 varones cuyas edades van de los 16 a los 60 años.

Isacc Luna es un hombre de poco más de 50 años que asegura que desde los 14 consumía heroína y que ahora se presenta como responsable del centro dice que la capital de Sinaloa se está llenando de mendigos que a diferencia de otras ciudades del país los de aquí parecen "zombies" por la secuela que ha dejado en ellos la droga.
Se les puede ver en harapos por algunas esquinas de las principales avenidas, no hablan si se les hace plática, traen la mirada perdida y la mayoría exhiben una esquelética figura que les quedó por su adicción al crack y, en algunos casos, a la heroína.
Tomado de El Universal

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