martes, 4 de diciembre de 2007


Como las del cine porno
Se reproducen en Internet esquemas de subordinación y dominación sexual

*Vivimos una sociedad hipersexualizada
*“La pornografía cambia nuestra imagen de lo que es lo sexual, tiene implicaciones económicas y de consumo


Gina Sotelo

Entrevistas realizadas a productores de pornografía en cine, el Internet reproduce esquemas de subordinación y dominación sexual; además, las poses que muestran en las llamadas cintas “XXX” son incómodas y casi imposibles de sostener pero buenas para enganchar al público, expresó la doctora Rosío Córdova Plaza en su participación dentro de las actividades conmemorativas al 30 aniversario de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana (UV).

Rosío Córdova, que participó en la mesa La industria de la pornografía el pasado miércoles 28 de noviembre en el Auditorio de Humanidades, habló de una sociedad hipersexualizada, resultado de una globalización que permite un consumo masivo y cuasidemocrático, mostrando qué son las relaciones sexuales, qué produce placer y qué comportamientos pueden ser eróticos en sí mismos: “La pornografía cambia nuestra imagen de lo que es lo sexual, tiene implicaciones económicas y de consumo”.

“De la transgresión a la legislación. El papel de la pornografía en la sociedad actual” fue el nombre de la charla de la doctora Córdova, quien subrayó que la pornografía moderna está asociada al dispositivo de sexualidad y controla mediante la necesidad de poner en discurso al sexo, directamente vinculado con el asenso de la burguesía al poder y la sociedad disciplinaria:

“Hoy heredamos estas ideas, gente que defiende la pornografía por su carácter liberatorio porque va contra las trabas sociales y, por otro lado, hay quienes van por la antipornografía, generalmente se les vincula con feministas radicales que denuncian no al sexo sino las imágenes de cosificación de los cuerpos, imágenes de sumisión.”

Hizo además un recorrido histórico deteniéndose en algunos puntos, por ejemplo el que en los siglos XIX y XX la pornografía circulaba de manera reducida entre ciertos sectores pudientes, esto es transgresión y responde a la doctrina entre sexualidad masculina predadora y ausencia de la libido femenina, hay una división moral de la sexualidad y se aprecia una dicotomía donde la sexualidad masculina es predadora y la femenina es casta, su sexualidad se escatima, no se brinda.

Para la investigadora, desde la primera mitad del siglo XX, como resultado de diversas conflagraciones y corrientes de pensamiento, hay una transformación de esta idea positivista de sexualidad. La sexualidad está controlada y tenemos que liberarla como si fuera un instinto a ejercer; poner en práctica la sexualidad es liberador.

Sobre la tradición cristiana recordó que introduce en la cultura occidental el rechazo a la sexualidad y hace de ella su rasgo distintivo, punto de quiebre que la va a distinguir de otras religiones: “Castidad y celibato son un acercamiento a la divinidad. En el siglo XVIII las mujeres castas son muy valoradas porque es una proeza mantener su condición”.

Mostró también imágenes de los siglos XIV y XV, conocidas como de la muerte y la doncella. Iconografía de cuerpos muy blandos, apetecibles, y detrás de ellas imágenes de demonios, además de otras que reflejaron el asenso de la burguesía que hizo uso de la sensualidad como punto de quiebre de la cultura dominante y lo que le precede. La aristocracia era sinónimo de desenfreno lascivo, amoral y sin control.

Rosío Córdova es licenciada en Antropología, maestra y doctora en Ciencias Antropológicas; pertenece al Sistema Nacional de Investigadores desde 1998. Su línea de investigación es Estudios de género, sexualidad, grupos domésticos y migración en Veracruz.

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