martes, 4 de diciembre de 2007

Busca FCAS su certificación
Gina Sotelo
A finales del mes de noviembre la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAS) de la Universidad Veracruzana (UV) se sometió a un delicado proceso de revisión buscando su certificación; académicos y estudiantes de las tres carreras que la integran fueron parte de este importante acontecimiento.

La búsqueda de su certificación representa la respuesta a una política universitaria global, partiendo de que la globalización es un proceso multidimensional que vincula a la economía, las finanzas, la ciencia y la tecnología, las comunicaciones, la educación, la cultura, la política, entre otras, y que genera una polarización distributiva extrema, sociedades que lo tienen todo y sociedades que no tienen nada.
Frente a ello, la educación se plantea como el espacio donde deberán formarse los recursos humanos que aspiren a competir en el más alto nivel en los nuevos espacios económicos que la globalización está desencadenando de manera irreversible. Así, se están priorizando las inversiones en educación, pues transitamos hacia una sociedad basada en el conocimiento y el aprendizaje, hacia una “economía del saber”.
Pero sólo se invertirá en aquellas instituciones universitarias nacionales que tengan los estándares de calidad que establecen los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIIES), para lo cual cada entidad académica deberá certificarse, y dependiendo del nivel que alcance será el presupuesto económico que reciba.
En este contexto y según los postulados de la UV, FCAS es una institución que ha servido de modelo para echar a andar el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), y que en su camino ha ido consolidando su identidad con el trabajo conjunto de alumnos, maestros, administrativos y personal de apoyo técnico y manual.
Lograr la certificación representa hacer evidente la importancia de un trabajo cotidiano que en ocasiones no se percibe en su totalidad. Ahora, al integrar el quehacer de cada uno de sus actores se podrá evaluar su significado y trascendencia.
“No hay otro remedio que navegar en las encrespadas aguas globales… Por eso es esencial, para esa navegación ineludible y potencialmente creadora, contar con una brújula y un ancla. La brújula: la educación, información, conocimiento, tanto a nivel individual como colectivo; el ancla: nuestras identidades, saber quiénes somos y de dónde venimos para no perdernos adonde vamos”, afirma Manuel Castells.

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