martes, 4 de diciembre de 2007


Debe el artista ser investigador y un ser humano integral: Alonso Herraiz

El maestro y el tutor no se deben quedar en la pura teoría, debemos tener en paralelo un proyecto muy serio como personas y como artistas

Si no hay una estructura de pensamiento detrás, el arte se queda en la pura técnica

Gina Sotelo

“Estamos en el relativismo en todos los sentidos, la política, la religión, la moral, el trabajo, el sentido del deber y de la responsabilidad de la que yo no participo, yo creo en el esfuerzo permanente. La situación del arte es muy compleja pero soy optimista. Los maestros debemos ser modelo de un sólido proyecto humano y de obra”, opina el doctor Pablo Alonso Herraiz, quien a finales de noviembre visitó la Universidad Veracruzana para impartir el curso Métodos de Investigación y Proyecto Artístico.


Para Alonso Herraiz vivimos en una saturación de imágenes donde abundan los charlatanes, titiriteros, magos de circo, bufones, en los que todo vale y no hay arte, reflejo del relativismo en que vivimos: “La obra del artista deberá ser una síntesis compleja de saberes; yo estoy en esa lucha. Las travesuras en el arte no me interesan, eso pertenece a la adolescencia del artista; debemos tener una madurez artística, ser más críticos, reflexivos y serios en nuestras propuestas”.

Señala además que las tecnologías están a nuestro servicio como avances, como posibilidades creativas: “Hay a quienes los nuevos medios les despierta cierta fascinación, pero su discurso es vacío y sin fundamento. Las técnicas son una herramienta, pero en manos de quien sepa utilizarla; yo soy un hijo de mi tiempo y no niego las nuevas tecnologías, pero con inteligencia y reflexión”.

Métodos de Investigación y Proyecto Artístico fue impartido a estudiantes de la Facultad de Artes y entre sus objetivos estuvo inculcar que el artista debe tener esa actitud de investigador, ser sistemático, ser riguroso, controlado, reflexivo, crítico y utilizar en su trabajo artístico un método de

investigación como en cualquier otra disciplina científica.

“Mi idea es recuperar el espíritu humanista del artista que es un pensador, un investigador, no un científico porque es muy complicado, pero sí que sea una persona inquieta y que en su obra converjan muchas disciplinas y saberes” expresa.

Añadió que es tiempo de dejar atrás la idea romántica de que al artista la inspiración le viene de una iluminación mística o un regalo de la naturaleza: “El artista tiene que leer, estudiar, formarse toda una vida, y de ese bagaje van surgiendo los momentos de inspiración. Si no hay una estructura de pensamiento detrás, el arte se queda en la pura técnica”.

Sobre la respuesta de los estudiantes al curso, el doctor dijo que fue muy buena porque muchas veces el estudiante se siente perdido y desolado, desamparado frente al lienzo en blanco o la roca en bruto y comenzar a hacer algo de la nada:

“Yo les planteo la conceptualización de la obra partiendo de una idea, de un pensamiento; definir el campo de actuación antes de actuar. La segunda parte del trabajo –y luego de hacer bocetos, maquetas o ensayos– es la realización. La última fase del proyecto es la evaluación en la exhibición o intimidad del estudio.”

Por eso su insistencia en el orden, en el rigor científico, en la reflexión, la crítica, el sistema de trabajo. Y es que, dijo, a todos nos viene bien la norma y el método: “Yo no les estoy coartando la libertad creadora, cualquier improvisador tiene parámetros con base en un marco. La obra del artista es un proceso de investigación, de problematización, como cualquier investigador, y ésa es la única forma de llegar a un punto en el que la obra tenga una solidez y estructura que la sujete”.

Pablo Alonso Herraiz

Artista español, nace en Sevilla, tiene doctorado en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes Alonso Cano; realizó especialidades de escultura y pintura en la Universidad de Granada, con un proyecto sobre el pintor hispano-flamenco del siglo XVII Miguel Manrique.
Es un artista multimedia, multidisciplinar con amplios intereses en el mundo de la ciencia, la filosofía, la medicina, la antropología y la literatura.


Su obra se ha expuesto en Nueva York, Lisboa, Turín, París, Madrid México, Barcelona, Málaga, Sevilla, Cádiz, Granada, Oviedo. Ha trabajado con importantes galerías de arte contemporáneo como Javier Marín, Alfredo Viñas, Galería Quattro, Lisette Alibert de París. Destaca su participación en ferias de arte contemporáneo como Arco, Artíssima, Estampa. Ha recibido importantes premios y becas nacionales e internacionales.

Entre sus exposiciones/instalaciones cabe destacar: “Parada Cardiaca”, “La existencia cotidiana/La existencia auténtica”, “Chewing gum space children”, “Frankestein Petit Chéri” “My lesson”, “La condición humana”, “I love you Sade”, “Monto un circo y me crecen los enanos”. Actualmente trabaja en un épico proyecto multimedia titulado “El crematorio de Bete Blanche”.

Ha diseñado programas para el Eifman Ballet Theatre de San Petesburgo, Mozateum Orchester Salzburg, Gary Hoffman, Vivica Genaux, la Orquesta Filarmónica de Málaga, entre otros.

La obra de Herraiz constituye una metódica investigación, creador de mundos conceptuales y polisémicos, narrador de fantasías intelectuales de ignotos simbolismos y manipulador del espacio y del tiempo creativo. Su planteamiento artístico acerca a la fisiología y la psicología experimental al impacto de la ciencia en el ser humano. Su obra transita entre lo real y lo fingido, entre lo aparente y lo fehaciente; sus narraciones plásticas y literarias se dan la mano inseparablemente.

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